ARGUMENTOS
PARA LA NO INSTALACIÓN DEL ARCHIVO DE LA POLICÍA EN LAS INSTALACIONES DE LA
ANTIGUA PRISIÓN DE PALENCIA.
Un
argumento importante para que la antigua cárcel no albergue un archivo de la
Policía, es que desde el mismo día en que dio comienzo la guerra civil, fue
sistemáticamente utilizada con carácter represivo contra cientos de ciudadanos
que no habían cometido ningún delito salvo ser, en algunos casos, de diferente
opinión a la de los golpistas.
Si
no basta saber que hasta la amnistía general tras la muerte del dictador,
pasaron por sus celdas numerosísimos presos políticos de todo tipo de
ideologías, téngase en cuenta que en esa misma prisión pasaron sus últimos
días, entre otras personas directamente vinculadas con el ayuntamiento, como
fueron el alcalde legalmente elegido D. Matías Peñalba y Alonso de Ojeda, el
primer teniente de alcalde Sixto Hernández, el jefe de la policía municipal
Gregorio Hernández Gonzáles, su hijo y secretario de los juzgados Gregorio
Hernández Balbás, el sereno, hermano de éste, “paseado” la misma noche del 19
de julio, Joaquín Hernández Balbás, el conductor municipal Santiago Domingo
Martín, el encargado de la perrera municipal Agustín Diago Robledo, etc. todos
ellos, salvo Joaquín, condenados a muerte en consejo de guerra con la demencial
acusación de “REBELIÓN MILITAR Y AUXILIO
A LA MISMA” (habida cuenta de que quienes se rebelaron fueron los
acusadores) y fusilados en la madrugada del día 19 de agosto de 1936.
Aunque
sólo sea por reconocimiento a quienes antecedieron a los actuales ocupantes del
ayuntamiento y dieron su vida por la democracia de la que ahora de nuevo
disfrutamos, no debiera ni plantearse que un museo de la policía se instale en
el lugar mismo donde, con la colaboración de la propia policía durante todo el
franquismo se produjo tanto dolor y tanto sufrimiento.
Creo
que nadie discute que puede ser interesante traer ese archivo a Palencia,
aunque parezca más propio que se instale en Ávila, donde ya existe la Academia
de Policía, pero lo que no parece adecuado es que se haga en la antigua cárcel
por si significado simbólico y porque sólo serviría para seguir abriendo
heridas que deberían haberse cerrado ya hace mucho tiempo.
Mas adecuado sería,
para ocupar el espacio que se dice sobra, tratar de instalar un Centro de la
Memoria, que acoja documentación y exposición de materiales relacionados con la
represión franquista, en lugar de algo que forma parte de esa represión.
Primera página del expediente del consejo de guerra
donde aparecen los nombres de alcalde,
teniente de alcalde y empleados
municipales condenados a muerte.
Por Julián Alonso (poeta palentino)